domingo, 19 de julio de 2009

...y sigo observando

Cuando deambulas sola por tu rumbo, una de las cosas que más haces es observar. Observas fuera, observas dentro.

Observo a mi alrededor y no me gusta todo lo que veo. Veo personas, miles de ellas, unas conocidas, otras no tanto y otras sin rostro (me gusta). Pero ello no impide que perciba que cada una de ellas lleva un mundo dentro, un mundo propio que la hace auténtica y diferente de las demás (mucho más). Que a solas se intensifica esa esencia pero que con otros se pierde y se convierte en una más (lo detesto). Con tantos pensamientos y sentimientos guardados para sí mismos, que prefieren contar a su diario y que nunca saldrán a la luz…(no me gusta); que tienen tantas oportunidades de compartirlos pero no lo hacen por temor, por propiedad o por vergüenza, quién sabe por qué no lo harán. Pero, en cambio, prefieren pasarse horas y horas hablando de banalidades porque es lo que toca, es lo que se hace con los amigos, la familia o incluso las parejas, hablar por hablar (no lo entiendo). Y yo me pregunto si merece la pena, para qué tantos sueños si te los quedas para ti mismo. Para qué cultivar tus propios sueños si enfrentarte a ellos supone una amenaza para llevarlos a cabo. Cada vez me cuesta más relacionarme y compartir “nadas”. Cada vez me encuentro más lejos de todo cuanto me rodea. Cuanto más observo más frustrada me siento. Y sí, cuanto más observo dentro y fuera más vacíos hallo. Cuanto más avanzo por mi rumbo más sola me siento. Y mi vida en construcción empieza a tomar otros “sinsentidos” muy distintos a los que esperaba… Supongo que será el propio camino, conocer la realidad como es y no como la pintan, asumirla sin más, rechazarla o comprenderla, y crear la mía propia integrándola en armonía en un espacio y un tiempo que encaje con mi ser. Seguiré observando, seguiré avanzando, seguiré aprendiendo, y seguiré luchando por mis propios sueños. Porque no me lo creo, porque creo en las personas, en lo que llevan dentro y en lo que un día sacarán y quizá entonces, nacerá otro tipo de comunicación, que no distinga entre etnias, razas, edades, sexo ni colores.

MI FRASE: “Cuanto más avanza una, más cerca se encuentra de su propio nacimiento…”

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